Bitcoin vs Dólar: El ánimo de los inversores es determinante.
El dinero es una tecnología social que nos permite intercambiar bienes y servicios, medir el valor de las cosas y ahorrar para el futuro. Pero no todos los tipos de dinero son iguales. Algunos tienen más poder que otros, y eso se refleja en su capacidad de influir en el precio de otros activos, como Bitcoin.
En este artículo, voy a reflexionar sobre la relación entre el dólar y Bitcoin, y cómo el estado de ánimo de los inversores afecta su valor. Mi opinión es que el dólar es una unidad de cuenta dominante que nos impone su lógica, pero que también tiene sus debilidades y riesgos. Por otro lado, Bitcoin es una alternativa que desafía al dólar, pero que también depende de él y de la confianza de los mercados.
El dólar como unidad de cuenta por excelencia
Cuando nuestros ingresos son en dólares, nuestros gastos son en dólares y nuestras deudas son en dólares, inevitablemente el dólar se convierte en nuestra unidad de cuenta por excelencia. Incluso el bitcoiner más comprometido, tiene que luchar con la tentación de usar el dólar como unidad de cuenta. Y no es fácil escapar de esto, porque el dinero es una tecnología social, o sea, si todos los demás usan el dólar como unidad de cuenta, eso se convierte en una imposición para nosotros.
En otras palabras, vivimos en un mundo donde el dólar domina la economía. Todo lo que ganamos, gastamos y debemos se mide en dólares. Es como si el dólar fuera el rey de las monedas, y nosotros sus súbditos. Claro, no todos estamos contentos con esta situación. Algunos preferimos usar otras formas de dinero, como Bitcoin, que nos dan más libertad y autonomía. Sin embargo, no es fácil romper con el hábito de pensar en dólares. Es como una adicción que nos cuesta dejar. Y es que el dinero no es solo un medio de intercambio, sino también una forma de comunicarnos con los demás. Si todo el mundo usa el dólar como referencia, nosotros también tenemos que hacerlo, aunque no nos guste. Es una realidad tanto social como económica que nos obliga a seguir la corriente.
Como sociedad, es muy difícil adoptar otra moneda que no sea el dólar. Porque en este mundo, el gobierno de los Estados Unidos es una organización muy grande que tiene muchos empleados, que gasta mucho, que presta mucho, y que debe mucho. Y eso sin mencionar que tiene el poder legal, político y militar.
Ahora pensemos en una empresa que tiene que pagarles a sus empleadores, a sus proveedores, y a sus impuestos al gobierno. Tener dólares es una fuente de estabilidad, certidumbre y predictibilidad.
Por ende, en tiempos de volatilidad, crisis o incertidumbre, a la gente le gusta comprar dólares. El dólar sube. Porque le da tranquilidad al nervioso.
Bitcoin como alternativa al dólar
Pero el dólar no es la única opción. Existen otras monedas que podrían competir con él, o al menos complementarlo. Una de ellas es Bitcoin. Bitcoin es un activo digital, descentralizado y escaso, que no depende de ningún gobierno ni entidad central. Bitcoin se basa en la tecnología blockchain, que garantiza su seguridad, transparencia y resistencia a la censura.
Bitcoin tiene muchas ventajas sobre el dólar, como su portabilidad, su divisibilidad, su inmutabilidad y su oferta limitada. Bitcoin también tiene un potencial de innovación y crecimiento enorme, gracias a su comunidad de desarrolladores, usuarios y entusiastas. Bitcoin es una moneda que representa los valores de la libertad, la autonomía y la soberanía individual. Es un proyecto ciudadano y global.
Pero Bitcoin también tiene sus desafíos y limitaciones. Bitcoin es una moneda volátil, que puede subir o bajar de precio de forma abrupta y sin previo aviso. Bitcoin es una moneda que requiere de conocimientos técnicos, educación financiera y responsabilidad personal. Bitcoin es una moneda que enfrenta la resistencia y la hostilidad de algunos gobiernos, reguladores y actores tradicionales.
El ánimo de los inversores como factor clave
Entonces, ¿cómo se determina el precio de Bitcoin? ¿Qué hace que suba o baje? Hay muchos factores que influyen, como la oferta y la demanda, la adopción, la innovación, la competencia, la regulación, la geopolítica, etc. Pero hay uno que me parece especialmente relevante: el ánimo de los inversores.
El ánimo de los inversores es el nivel de confianza o miedo que tienen los participantes del mercado. Esto se refleja en la relación entre el dólar y los bonos soberanos, que son considerados como activos seguros, y otras opciones más arriesgadas, pero con mayor potencial de ganancia. Así, cuando el dólar se debilita y los bonos pierden atractivo, significa que los inversores están dispuestos a asumir más riesgo y buscar alternativas más rentables. Esto es una buena noticia para Bitcoin, que se beneficia de la mayor demanda y el mayor apetito por el riesgo.
Pero cuando el dólar se fortalece y los bonos ganan atractivo, significa que los inversores están más temerosos y prefieren refugiarse en activos más seguros. Esto es una mala noticia para el Bitcoin, que sufre de la menor demanda y el menor apetito por el riesgo.
Por eso, si quieres entender el estado de ánimo de los mercados, no dejes de prestar atención al dólar y a los bonos soberanos (bonos-T), y cómo estos influyen en el valor de Bitcoin.
Conclusión
Bitcoin y el dólar son dos tipos de dinero que tienen sus ventajas y desventajas, sus fortalezas y debilidades, sus oportunidades y amenazas. Bitcoin es una alternativa al dólar, pero también depende de él y de la confianza de los mercados. El dólar es una unidad de cuenta dominante, pero también tiene sus riesgos y limitaciones.
Como inversores, debemos estar atentos a los cambios en el ánimo de los mercados, y cómo estos afectan al precio del Bitcoin. Como ciudadanos, debemos estar informados sobre las tendencias económicas y políticas que pueden afectar al valor de las monedas. Como personas, debemos ser conscientes de las implicaciones sociales y culturales que tiene el uso de un tipo de dinero u otro.
Bitcoin y el dólar son más que simples números. Son expresiones de nuestra forma de ver y vivir el mundo. ¿Qué moneda eliges tú?